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‘Smart Toys’, juguetes conectados seguros

¿Sabes lo que son los ‘Smart Toys’ o vas tan perdida como nosotras? Paula Cibernautica nos explica qué son estos juguetes conectados seguros y nos da algunos consejos.

 

¿Qué son los smart toys o juguetes conectados?

 

A las personas —tanto menores como adultas— nos gusta jugar y divertirnos, en analógico y en digital. En ocasiones, se nos olvida que un uso incorrecto e inadecuado de un juguete -por inofensivo que nos parezca- conlleva riesgos. Conozco el caso de alguien que frenó con la frente la trayectoria aérea de un pequeño muñeco de plástico, con el consiguiente chichón como premio… 😉

Ahora aclaremos la diferencia entre qué es un juguete conectado (se sobreentiende, a internet) y cuál no lo es.

Los juguetes conectados o smart toys son aquellos juguetes que han sido diseñados y/o tienen funciones que les permiten conectarse a internet; interactuar con otros dispositivos y/o apps, incluso personas, intercambiar datos a través de internet; grabar, reproducir, reconocer la voz o transmitir imágenes o vídeos en tiempo real… Por ejemplo, aquellos juguetes que responden a preguntas, captan imágenes con cámaras integradas, etc. Un coche dirigido por radio control no es un juguete conectado, en principio.

 

 

Cuando se trata de tecnología, tenemos que conocer e interiorizar dos premisas importantes:

  1. Cualquier dispositivo digital conectado a internet puede ser susceptible de ser hackeado
  2. Nuestra seguridad digital comienza por nosotros mismos y, evidentemente, en nuestra casa

Sí, por supuesto. Los juguetes sexuales también se pueden hackear

Al igual que muchos dispositivos digitales llevan Wi-Fi o bluetooth, poseen sensores, micrófonos, cámaras… hay que saber que, algunos juguetes también llevan incorporado este sistema. Por ello es primordial proteger con garantías estos smart toys, para proteger la seguridad y privacidad de nuestros hijos. Sobre todo, bloqueando la interacción con desconocidos, no permitiendo el acceso a determinados datos e imágenes, a la ubicación, a sus gustos e intereses…

En la política de privacidad del juguete, el fabricante debe explicar qué clase de datos se van a recoger durante el juego, el tratamiento que van a hacer de esos datos y dónde se van a almacenar. Si no lo encuentras, no aparece o no te lo facilitan ¡desconfía! Si tienes algo que consultar o denunciar, acude al INCIBE y/o a la Agencia Española de Protección de Datos.

 

 

No está demás que, borres los datos cuando ya no lo uses o dejes de utilizarlo de manera definitiva, se lo cedas a algún familiar, amistad para que lo siga utilizando su hijo. Incluso solicites eliminar la totalidad de los datos almacenados, tu cuenta de usuario, si se gestiona a través de una app vinculada. De la misma manera que lo haces cuando se trata de cualquier otro dispositivo digital, un perfil en una red social, una app, un servicio de internet y/o una plataforma digital… Eso es ciberseguridad. 😉

Siempre que tengas un dispositivo conectado revisa y protege la conexión, para que sea segura.

 

Dependiendo de la edad de nuestros pequeños retoños, aprovechar la coyuntura de elegir un juguete es un buen momento para dialogar con ellos sobre otros temas de su educación. Por ejemplo, sobre la empatía y el respeto, avivar su pensamiento crítico. Quizás quiera ese juguete porque se está haciendo mucha publicidad en ese período; sin embargo, no es productivo para su desarrollo, no va en la línea de los valores que quieres transmitirle…

Por otra parte, jugar con ellos y sus juguetes algunos ratos nos permite a los adultos observar su conducta, reforzar determinados comportamientos y, también, guiarles a detectar situaciones de riesgo, cómo defenderse y a quién acudir para solicitar ayudar. El juego nos permite, en un ambiente relajado, implementar en sus cerebros -cual app digital- muchos de los conocimientos que queremos inculcarles. 😉

 

 

Quede clara una cosa. ¡Un dron no es un juguete! Su uso lleva consigo normas, obligaciones y ciertas restricciones. Un mal uso puede suponer daño a terceros con importantes responsabilidades legales.

No hay que alarmarse y comenzar a desconfiar de todos los juguetes conectados. Lo importante es revisar las características que poseen y actuar en consecuencia; igual que revisamos previamente para su uso y disfrute cualquier otro juguete, cachivache o dispositivo. Incluso cuando nos cercioramos de la seguridad de la cuna antes de acostarlos.

Recordatorio para nuestra tranquilidad respecto a los juguetes conectados:

  • Cambia la clave de acceso que viene de fábrica, configura el juguete de forma segura
  • Conecta los juguetes a redes conocidas y seguras. Cambia la clave de la wifi de casa si no lo habías hecho ya. Piensa que, si la red a la que te conectas no es segura, ya partimos mal de inicio…
  • Investiga las peculiaridades del juguete a comprar, o nos regalen. Los vigilabebés también
  • Averigua si los juguetes pueden actualizar su software, tienen parches de seguridad, etc…
  • Utiliza el control parental para limitar el acceso a determinados contenidos, app y compras sin autorización, dependiendo de la edad
  • Revisa los datos que escribes para acceder a la app del juguete: nombre, dirección, número de móvil, nombre niño/a, fecha de nacimiento…
  • Comprueba y elimina, periódicamente, los registros de los datos que almacenan. Consulta el manual para más información
  • Utiliza el botón de apagado, cuando no se use. En algunos casos, siguen recogiendo datos mientras están encendidos

Ya sea manejando un smart-phone, una smart tv o un smart toy, no olvides que la tecnología por sí misma no es inteligente. ¡Tú eres quien le da un uso inteligente, seguro y adecuado!

¡¡Cualquier consulta, estoy aquí para ayudar!! 😊

 

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