
Con motivo de la celebración de la 3ª Carrera Yo No Renuncio por la Conciliación, conversamos acerca de la conciliación y la familia con Maite Egoscozabal, componente del equipo de Malasmadres.
El Club de Malasmadres
Foto de equipo del Yo No Renuncio
Laura Baena es la creadora del Club de Malasmadres. A través de esta gran comunidad de más de más de 1 millón de madres, lucha por la igualdad de género y la conciliación, dando visibilidad a la realidad de la maternidad en lo laboral y en lo familiar.
Además, también ha fundado la Asociación Yo No Renuncio, entidad sin ánimo de lucro impulsada por el Club de Malasmadres para luchar por una conciliación real y con la que el próximo domingo tenemos una cita.
3ª Carrera Yo No Renuncio por la Conciliación
El próximo domingo 27 de junio se celebra la 3ª Carrera Yo No Renuncio por la Conciliación. Una carrera virtual organizada por el Club de Malasmadres, en la que se podrá participar desde cualquier parte de España, para visibilizar el problema social de la falta de conciliación y de corresponsabilidad en España.
Este año la carrera será virtual, pero reunirá a miles de mujeres y sus familias para continuar dando visibilidad a los obstáculos que las mujeres encuentra al convertirse en madres.
La recaudación simbólica irá destinada a los gastos derivados de la carrera (web, producción, logística, organización) y a la Asociación Yo No Renuncio para seguir trabajando a favor de una sociedad más justa y sostenible.
Entrevista a Maite Egoscozabal
¿Qué rol juega la conciliación en la actualidad de nuestro país?
La conciliación es clave para progresar en la igualdad y que las mujeres dejen de renunciar a su trayectoria profesional o incluso a tener hijos o hijas por la falta de conciliación. Según nuestro informe ‘Las Invisibles’ 7 de cada 10 mujeres hubiera tenido más hijos o hijas si contara con medidas de conciliación que no penalizara su salario.
Esto es una de las razones por las cuales la tasa de la fecundidad están cayendo en picado y debemos apostar por modelos laborales más flexibles y con recursos para que la corresponsabilidad social del cuidado sea real.
Si la implantación de los planes de igualdad es una cuestión de educación y cultura,…
¿por qué no se ha contemplado para la redacción de la estrategia España 2050?
No plantear la conciliación en el Plan 2050 nos muestra una vez más la poca importancia que tiene la labor que hacen las familias, concretamente las mujeres, para sostener la sociedad gracias al trabajo no remunerado del cuidado. Echamos de menos no solo fomentar el cambio a través de la educación en igualdad, sino también plantear nuevos retos laborales en los que se plantee descentralizar el tiempo de trabajo remunerado.
¿Todavía queda trabajo para concienciar y sensibilizar a la sociedad en materia de igualdad?
La sensibilización es el primer paso para revertir las cifras y apostar por el cambio. Sin concienciación y sin que se entiendan conceptos como corresponsabilidad, no se podrá avanzar. Esto es precisamente el objetivo principal del Club de Malasmadres y, aunque vemos que se han dado pasos, todavía queda mucho por conseguir ya que las barreras internas, aquellas que tienen que ver con las creencias y valores que aprendemos de pequeños son las más difíciles de derribar.
Fomentar la reflexión y dar herramientas para desaprender los roles tradicionales de género adquiridos es una labor que requiere mucho trabajo por parte de la sociedad y por eso trabajamos con instituciones y empresas, poniendo en marcha talleres y campañas de sensibilización en igualdad.
¿El COVID-19 ha impulsado o ha echado más piedras en el tejado de la Conciliación?
El Covid-19 ha intensificado las desigualdades que ya existían. La falta de corresponsabilidad en el hogar y las pocas medidas de conciliación se han puesto de manifiesto durante este último año en el que no hemos podido contar con los pilares de la «no» conciliación, como son las abuelas y las escuelas. Además, ha sido la mujer la que ha cargado con la mayor parte del trabajo doméstico-familiar y ha sido el sostén emocional para los niños y niñas, algo que tampoco ha sido reconocido ni valorado socialmente.
Revertir la penalización laboral, personal y familiar que ha vivido la mujer este año de pandemia va a ser uno de los retos más importantes para la sociedad.
¿Cómo trabajáis en Malasmadres para fomentar y concienciar sobre este tema?
Para nosotras es fundamental sensibilizar a la sociedad y lo hacemos a través de campañas y de estudios sociológicos que ponen en cifras la voz de más de un millón de mujeres, que sigue la comunidad y que representa a todo tipo de mujeres. También ponemos en marcha encuentros y jornadas de reflexión para conocer a empresas, instituciones y familias referentes que cuenten las buenas prácticas para caminar hacia el cambio de modelo social.
Para ello hemos puesto en marcha la iniciativa de contar con empresas comprometidas con la conciliación, ‘Marcas Yo No Renuncio’, que quieren contar cómo lo hacen y servir de inspiración para que otras puedan apostar por medidas más flexibles y adaptadas a las necesidades de las personas.
¿Cuál es el papel de los hombres en todo esto? ¿Cómo trabajar en familia por una conciliación real que implique a todos los miembros?
Ellos tienen que dar el paso para mostrar nuevos modelos de masculinidades y paternidades. Tienen que apostar por el cuidado, porque también es un derecho del cual no tienen que sentirse privados y contarlo a otros hombres para que encuentren nuevos referentes.
Los nuevos roles no deben tener género y tanto hombres como mujeres deben asumir que las tareas doméstico-familiares no tienen nombre, sino que deben repartirse por igual.
¿Qué se persigue conseguir con la 3ª Carrera Yo No Renuncio por la Conciliación?
Es una de las iniciativas que ponemos en marcha para visibilizar las barreras con las que se encuentran las mujeres en su trayectoria personal y profesional, como son el techo de cristal, la falta de corresponsabilidad, la brecha salarial, la renuncia, etc.
Este año la realizaremos virtual y cualquier persona podrá correr o caminar desde cualquier punto, mostrando el motivo por el cual corre: su barrera personal que quiere derribar.
¿Es la conciliación una utopía o es algo que está más cerca de lo que creemos?
Queda mucho camino por hacer, sobre todo en la primera fase, que es la concienciación y la educación. Debemos romper con los roles tradicionales de género que nos anclan en unas responsabilidades asignadas socialmente y que provoca que indicadores como la brecha salaria o el techo de cristal no se puedan revertir.
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